miércoles, 19 de marzo de 2008

La ventana de la Micro

Hoy, y cada vez más que ayer, siento que me cuesta, que me pesa, que me asusta el lapiz, la hoja blanca, ahí, que ya no me mira, me siento sin nada que decir, me siento sin nada en que pensar, me siento...y no siento.
Hoy camino, voy pisando el suelo, la tierra, las piedras, que ya no son mias, ya no pertenecen más a mí, y me averguenza que hoy un grito desde una esquina no merezca más que un pequeño pestañeo de un ojo que no puede alzar su vista de una colilla de cigarro, divida en dos colores que se van como peleando al medio, por ver cual de las dos se queda po más tiempo, por ver cual de las dos es mas adictiva, por el cual de las dos mata más. El tinte del rush que se impregna en el filtro arrugado y doblado de lo que quedó de ese cigarro, que cual manzana dada a Eva por las frías manos de un Niño que no sabe como divertirse, se regociga del placer que le causa saber que le hiso perder 10 minutos de vida a una mujer que quizás mañana no verá a su hijo.
Jajaja, y así las ironías de la vida se me van plasmando en la cara como golpeandome, abofeteandome, haciendome daño, como burlándose de Kafka y sus supuestos puñetazos en la cabeza, partiendome por la mitad con el malogrado concepto del "hacha para el mar helado que llevamos dentro", y así quien sabe? no?, jajaja. Mientras tanto yo me sigo riendo de mi mismo
mientras escribo palabras que creo importantes en la micro, sin darme cuenta que no voy a ningún lugar, sumergido en mis pensamientos vacíos, pero al final que más dá, si estas son páginas en blanco.

¿o no?

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