Soy pequeño de nuevo y hablo despacio
Me escondo tras sucias piezas de teclado
Manoseadas mil veces, mil veces emancipadas y amadas por amantes
Enemigos y sus amigos.
La vida nunca me supo a un suspiro
Y quizás no se me acabaron, abarcaron, encajaron,
Desterraron
Soterraron
Mis ojos, mis flores,
mis libros robados de la biblioteca nacional,
que salí a quemar frente a la plaza de la antorcha de la libertad
Me robé yo mismo las cartas y la alegría, sí, todas las que piensas.
Me gustaría poder dedicarle una línea a alguien
Pero quien sabe, después de todo, quizá amainen
Y mientras no me dejo escribir la palabra llorar
Sigo pensando en aquellos hombres cuyo simple
Placer es estar condenados por siempre a arar
Ese mar padre y asesinar hermanos sin temple
Un viejo quizás lo supo, sin pensar entonces indujo
A un pobre chiquillo descalzo cual pez sin su flujo.
sábado, 8 de noviembre de 2008
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